Autor: Marcelino Arellano Alabarces
Un endecasílabo da nombre al libro “Cuando el silencio no tiene esperanza”. Parece que invita al desánimo y advierte del callejón sin salida que puede llegar a ser el silencio, pero la voz que recorre el poemario es canto, y cuando lees sus poemas en voz alta suenan como canciones, como pasos en el camino en cuyo ritmo la vida celebra su existencia. La musicalidad cabalga en el poema, a veces a trote y otras a galope, pero siempre marcando la cadencia del verso y de la palabra. En todos los poemas, a su pie, figura una fecha que actúa como si fueran unas coordenadas o el código de una caja fuerte, y que hacen referencia a un tiempo concreto que, con seguridad, ofrecen las claves de una biografía intensa y vital.
(I) El poeta afirma en algunos versos del libro que “Los poetas, no cantan ya al amor”. “En la terraza de mi escritorio hay revoloteo/ de las” o “Sí, yo tuve suerte/ Tuve a los poetas. Tuve su poesía,/ que alegró mi alma” -nos confiesa. Él sí es un poeta que canta al amor como podréis comprobar, para él los poemas son pájaros que vuelan dentro de su corazón, y eso es lo que tenemos nosotros al leer su poesía, suerte, mucha suerte por tener cerca un poeta como Marcelino Arellano Alabarces y un libro con la sensibilidad de “Cuando el silencio no tiene esperanza”.
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